Mi primera y última nota suicida

 Mi primera y última nota suicida***

Escribo esta nota a pocas horas de terminar el año. Me despido antes que la gente cuente sus uvas. Que quede claro, mi muerte fue un estúpido suicidio, nada ni nadie es responsable directo.

No me suicido por publicidad barata en las estúpidas redes sociales. Y procuro ahorrar tiempo a la gente que se ocupa de los muertos. Por eso dejo todo claro y por escrito. Nada de autopsia, no es necesario, solo soy un suicida. 

Hallarán el cadáver (una botella de vino con sesenta pastillas de *@#$&£¥π√™®© que han sido más que suficientes. Me he tomado varios shot de buen tequila con un par de cervezas bien frias)

Mi playlist sonará, con el requiem de Mozart y voz de Amy Winehouse y de Whitney Houston y de Kurt Cobain. He invocado a algunos suicidas. Han venido Virginia Woolf, Philip Seymour Hoffman, Alejandra Pizarnik, Demócrito, Alfonsina Storni, Violeta Parra, Cesare Pavese y el invitado de honor ha sido Sócrates

En el televisor encendido sin audio verán Las Horas. La cama estará arreglada, el baño limpio, las ventanas cerradas.

Verán páginas sueltas con poemas de Alfonsina, Cesare y Alejandra. Sus poemas me han inspirado y con ellos en mis pupilas he dado el gran salto a lo desconocido

Me llevo muchas cosas buenas y un poco de decepción. Sabía de la maldad humana y no debería sorprenderme, pero he decidido no seguir soportándola. La matanza de niños en Gaza me ha dado el último impulso.

La venganza es mía, dice el Señor, así que todo se lo lo he dejado a él. 

Adiós Facundo y perdón a todos mis seres queridos. No tuve el valor de seguir. Cremen mi cadáver y borren mi memoria. Destruyan fotos, videos, detalles. Yo he borrado todo lo que he podido

No acepten notas de pésame. Si algún curioso pregunta, digan que me fui de viaje como misionero y que no volveré. O simplemente digan "se suicidó" y dejó dicho que no quiere comentarios.

Pueden regalar mis pocas cosas. Había hecho un testamento pero lo quemé. Hagan lo que quieran. Siempre y cuando no queden huellas de mi. Tiren mis cenizas en un basurero o en una letrina. No importa. Solo serán cenizas contaminantes.

Que mis descendientes se quiten mi apellido. Que en dos generaciones nadie recuerde nada. Esa es mi última voluntad

Fausto.


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