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El niño castigado o el padre iracundo

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Cuando era un niño mi madre solía castigarme, a mi manera de ver era injusto. Era hijo parental, tenía diez años y cuatro hermanos menores, los últimos fueron mellizos. Mamá trabajaba duro, fue madre soltera, ya había perdido dos hijos, una fallecida y otra era criada por su hermana mayor, la tía Rosita. Yo tenía que ir a la escuela y cuidaba como podía de mis hermanos. Mamá regresaba a las seis de la tarde y cuando los chiquitos fueron creciendo, eran, sobre todo el menor, el que ponía quejas a mamá. Ella creía y se disponía a castigarnos. Yo, usualmente me interponia entre mi mamá y mis otros hermanos, entonces el castigado era yo. En buena medida me fui acostumbrando. Mis hermanos eran de diferentes padres, los mellizos eran hijos de un señor con buenos recursos económicos y la vida de los chiquitos fue radicalmente diferente a la de los tres mayores. Navidad era mi mejor época del año. Tenía tiempo libre, solo debía cumplir la extensa lista de deberes en casa para salir a jugar y p

Dia 1

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 Día 1.01.23 Aprender a callar Aprender a respetar la vida de los demás, a no inmiscuirme en los asuntos de otros, aunque sean mis hijos.  No dar opiniones si no me la piden Aprender que la vida de los nietos le compete a sus padres. Lo único que puedo dar como abuelo es ejemplo, coherencia de vida, nada más  Aprender a pedir de rodillas al Señor por este propósito cotidiano 7,45 am

Mi primera y última nota suicida

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 Mi primera y última nota suicida*** Escribo esta nota a pocas horas de terminar el año. Me despido antes que la gente cuente sus uvas. Que quede claro, mi muerte fue un estúpido suicidio, nada ni nadie es responsable directo. No me suicido por publicidad barata en las estúpidas redes sociales. Y procuro ahorrar tiempo a la gente que se ocupa de los muertos. Por eso dejo todo claro y por escrito. Nada de autopsia, no es necesario, solo soy un suicida.  Hallarán el cadáver (una botella de vino con sesenta pastillas de *@#$&£¥π√™®© que han sido más que suficientes. Me he tomado varios shot de buen tequila con un par de cervezas bien frias) Mi playlist sonará, con el requiem de Mozart y voz de Amy Winehouse y de Whitney Houston y de Kurt Cobain. He invocado a algunos suicidas. Han venido Virginia Woolf, Philip Seymour Hoffman, Alejandra Pizarnik, Demócrito, Alfonsina Storni, Violeta Parra, Cesare Pavese y el invitado de honor ha sido Sócrates En el televisor encendido sin audio verán

No soy daño colateral

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  Soy una joven de veinte años que estudia en la Universidad, aunque por el momento estoy en modo pausa, debido al cierre de la UCA. Llevo varios meses sin estudiar y no hay ninguna noticia por parte de las autoridades sobre la continuidad de mis estudios, tengo la impresión que he perdido este semestre y no tengo ninguna certeza sobre la apertura de la nueva universidad. Soy hija de una madre soltera y con muchos esfuerzos de su parte logré estudiar tres años en la universidad. Para asegurar mis estudios mi madre pagó por adelantado este semestre, dinero perdido, aunque los siga pagando al banco. Me parece totalmente injusto. Mi familia no tuvo ningún involucramiento en los hechos que llevaron al cierre de la UCA. Y el daño hecho al cerrarla no afectó ni a los dueños de esta universidad ni a los estudiantes con dinero suficiente por parte de sus familias, la mayoría de ellos ya se fueron del país o están matriculados en El Salvador, Guatemala u otra universidad. En mi caso esto es prá

MI BREVE HISTORIA PERSONAL

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Escena No 1 La celda es pequeña y oscura, huele a miedo y dolor, hay un banco de piedra para dormir, un hueco en el piso, paredes sucias, techo de concreto, no hay barrotes como suele verse en las películas y la puerta de hierro con una enorme cerradura, hace pensar que se puede entrar pero no salir. Hay una especie de insensibilidad al calor, los mosquitos, cucarachas furtivas, hambre o sed, el terror parece dominarlo todo. No se trata de la prisión ni las condiciones de vida para los encarcelados. No. Se trata de la vida, la incertidumbre y la ansiedad extrema ante lo que está por llegar y aún no llega. No es tanto el ¿qué pasará¿, sino el ¿cuándo?. Han pasado 48 o 72 horas y nada. O quizás menos o quizás más tiempo. No hay luces de la naturaleza que indiquen el amanecer o el atardecer, las bombillas amarillentas no se apagan nunca en el pasillo, a veces se escuchan pasos, no hay celdas vecinas o contiguas, nada, no es que el tiempo se haya detenido, es que no parece existir el tiemp

La decrepitud

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Esa mañana se despertó con el habitual dolor de cabeza. Se incorporó lentamente de la cama por el malestar propio de la osteopenia. Fue al baño, contempló el color amarillo y se dijo, debo tomar más agua. Tomó la pastilla blanca para la presión y fue a la cocina a calentar la taza de café. Oyó que le llamaban por su nombre, pero casi de inmediato se dio cuenta que era otra alucinación auditiva. Sigo empeorando musitó.  Llenó de agua su vaso cervecero y se puso a revisar la agenda del día. Esperar a la nieta a las 9,30. Ir al banco a las 10. Salir a la clínica al medio día. Ver el fútbol por la tarde y el béisbol por la noche. Escribir un poco. Sorbió el café y se puso a hojear los titulares. El obispo de Miami lanzando arengas políticas, el país vecino como vocero de los estadounidenses, las futbolistas españolas enfrentadas al poder, la misma m*e*da de siempre dijo, mientras terminaba el café El dolor se había ido. Regresaría mañana. Se metió a la ducha. El agua fría lo estremeció y p

SOBRE MI DERECHO A HABLAR

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A mis 66 años sigo orgulloso y agradecido por haber sido parte de la generación de Sandinistas como Mauricio Abdalah y Arlen Siu. Fue y será mi generación. El Sandinismo de siempre. Decidí poner mi grano de arena a mis 17 años y pagué el costo de "tomar la vida en serio". Fui detenido y torturado por la Oficina de Seguridad Somocista. Le partí el corazón a mi madre. Di todo de mí al triunfo de la joven Revolución. Todo. Fue mi prioridad por encima de mi joven esposa y mis pequeñas hijas. Aún lloro por ello. Lo hice por Amor. El amor que aprendí en la Teología de Liberación. Nada más que eso. Renuncié en su momento a cualquier tipo de compensación. Rechacé lo que me ofrecieron en 1990. Está en acta.  No ingresé al FSLN por nada material.  Y volví a mi carrera de médico y aquí estoy, aquí sigo. No me escondo de nadie. Orgulloso de mi vida y la pasión con que he vivido, todo lo que he hecho. Perdoné a mis torturadores. Supe sus nombres y apellidos cuando aún estaban presos, lueg