Rene Perez Montiel

Todos tenemos en la familia personas a quienes amamos, respetamos, admiramos, o todo esto o más. En esta oportunidad quiero compartir con Ustedes a una persona a quien puedo aplicar estos calificativos, se trata de mi hermana mayor, Sylvia Elena, una mujer sabia y maravillosa. Sylvia es la persona más asertiva que he conocido, llena de talento y sabiduría, el que incrementa día a día. Una mujer generosa por naturaleza, compartiendo y cambiando la vida de tantas personas que se han acercado a ella, y han recibido esas "perlas de sabiduría" que producen sus circuitos neuronales y que salen de su corazón. Sylvia es una persona llena de alegría contagiosa, una mujer para quien la vida es una aventura. Ella es un espíritu libre, lleno de amor y talento. Talento que ha ido madurando a medida que pasa el tiempo, aunque para ello el tiempo físico parece haberse detenido, con una energía y la pasión de una juventud eterna. No me cabe duda que las hermosas entidades que la acompañan y

Gracias profesor y amigo, nunca voy a olvidar tus clases y consejos durante mi formación en la universidad. Hoy estoy cosechando lo que tu sembrastes ayer, soy máster en salud pública, médico integral y tengo mi propio consultorio en la ciudad de Ocotal, además tengo un programa de radio y televisión local en el que presento temas de salud y principalmente enseño como evitar las enfermedades, talvés un día de estos de animas y vienes al programa. Dios te bendiga y te de más vida. Los buenos profesores como la Teresita Bucardo, el maestro Uril Guevara y Ud. profesor entre otros, nunca se pueden borrar de nuestra memoria. Desde la zona de las montañas Nueva segovia hasta el Occidente. Su amigo

Hola Dr. Pérez. Me da mucho gusto encontrarlo en el ciber espacio ya con su blog propio y todo. Tengo muy buenos recuerdos de sus conferencias cuando era aun estudiante de medicina aquí en León y ya ahora como profesional trato de recordar y sobre todo aplicar los conocimientos que usted nos transmitió. De nuevo le reitero mi admiración y quiero que sepa que quiero seguir sus pasos en la vida.

En la decada de los ochenta en Nicaragua vivimos una guerra. En este periodo nacieron mis hijas: Mey Ling, Renee Tamara y Claudia Lucia. Todos y todas sobrevivientes en la Nicaragua de hoy.

En cada momento estamos expuestos a diferentes tipos de perdidas, y como dicen los epidemiólogos, los factores de riesgo no actúan solos, sino que tienen un efecto sinérgico. Un amigo me conto la sinergia de perder a la mujer a quien amaba y ser despedido del empleo, en el contexto de la violencia, intolerancia y manipulación, inherentes a la cultura política del país en que vivo: Nicaragua. De cada uno de los acontecimientos vividos debemos extraer los aprendizajes, y deseo como le dicen a los niños en la escuela: compartir, en esta oportunidad con los lectores del blogg. Es paradójico y contradictorio escribir sobre estos temas, podría opinar alguno de los lectores, cuando el país vive una de sus crisis cíclicas, pero si subrayamos nuestro papel de observadores, podemos afirmar que todo lo que ocurre esta interconectado, desde una perdida personal, una crisis política o un desastre natural. Perder a un ser amado nos lleva a entender que no debemos apegarnos, nada nos pertenece, na

Para reir un poco!

El ser más importante de todo el universo es el que miramos todos los días al espejo (nosotros mismos). Somos seres con enormes potencialidades y talentos que no debemos distraer con evasiones y apegos. Somos dioses, soles brillantes, galaxias, seres con poder, con bondad, llenos de amor, solo hay que buscarlo dentro de nosotros mismos. Las verdades sobre la vida no son las que vimos en casa, o nos hicieron repetir en la escuela y mucho menos las que nos han predicado en un templo. Las verdades de la vida están en los maestros y Jesús nos dio ejemplos poderosos, nos dijo que su reino no es de este mundo y efectivamente los apegos y evasiones no son parte del reino de Dios. El reino de Dios está dentro de nosotros, somos el tesoro escondido, solo debemos encontrarlo. No existe el cielo ni el infierno, ni el pecado como figura, todo esto son historias para alejar al hombre de su divinidad y su poder. Cada uno de nosotros construye sus propios cielos e infiernos con su conducta, las leyes