Como agua entre los dedos

En cada momento estamos expuestos a diferentes tipos de perdidas, y como dicen los epidemiólogos, los factores de riesgo no actúan solos, sino que tienen un efecto sinérgico.

Un amigo me conto la sinergia de perder a la mujer a quien amaba y ser despedido del empleo, en el contexto de la violencia, intolerancia y manipulación, inherentes a la cultura política del país en que vivo: Nicaragua.

De cada uno de los acontecimientos vividos debemos extraer los aprendizajes, y deseo como le dicen a los niños en la escuela: compartir, en esta oportunidad con los lectores del blogg.

Es paradójico y contradictorio escribir sobre estos temas, podría opinar alguno de los lectores, cuando el país vive una de sus crisis cíclicas, pero si subrayamos nuestro papel de observadores, podemos afirmar que todo lo que ocurre esta interconectado, desde una perdida personal, una crisis política o un desastre natural.

Perder a un ser amado nos lleva a entender que no debemos apegarnos, nada nos pertenece, nada, absolutamente nada. Ni los hijos, ni los amigos, ni la pareja. En cualquier momento, de forma inesperada o con señales previas, se produce la perdida, y simple y sencillamente ocurre; duele, duele mucho, pero pasa, es transitorio, y la única enseñanza útil es que debemos vivir sin apegos, vivir en el aquí y el ahora. Aprender que no hay que entregar nuestro poder a nada ni a nadie. Somos seres espirituales, somos poderosos, tenemos nuestra propia divinidad, y como dicen por ahí, no debemos darnos permiso de sufrir, y no permitir que nada ni nadie nos haga sentir mal. Es sencillo escribirlo, es un proceso el aprender a vivirlo.

Perder el empleo, en esta historia fue menos doloroso. Tengo la certeza que nada ocurre en la vida por casualidad y que si sabemos construir las opciones y los azulejos de tiempo, surgiran nuevas y mejores opciones laborales. Las crisis, dicen los sabios, debemos convertirlas en oportunidades. No hacer muchas preguntas ni sobre los porque, y mucho menos buscar culpables. Simple y sencillamente entender que hay que seguir avanzando, con la certidumbre de que si el universo conspira nada es imposible de obtener.

Ver a muchos compatriotas, muchos de ellos niños y adolescentes, en su mayoría de origen humilde, enfrentados en las calles es triste y nos obliga a ver un ángulo vergonzoso de la condición humana, y reflexionar que a cualquiera nos puede pasar, si alimentamos nuestro valioso cerebro de órdenes inútiles e ideas extremas sobre la vida. Una señora en TV se preguntaba, cual debe ser el camino a seguir, y desde hace siglos tenemos la respuesta: ¡debemos seguir el camino medio!

¿Cómo interconectamos los acontecimientos? En el fondo todo depende de nuestra actitud hacia la vida, del respeto por nosotros mismos, y descubrir que no debemos buscar al lado o arriba, lo que está dentro de nosotros mismos: nuestra propia divinidad y poder.

He titulado este breve artículo, como agua entre los dedos, porque es una frase simbólica, sobre la relatividad de las cosas, la necesidad de observar más que analizar o hacer juicios, y detenernos a reflexionar sobre si estamos o no en el camino correcto.

Podemos tomar varias opciones, la tradicional de lamentarnos, llorar, echarnos a morir, interrogarnos una y mil veces porque paso y toda la basura emocional que nos obligan a pensar o sentir; o bien, asimilar el golpe y avanzar.

Decir a los pensamientos recurrentes y al pasado doloroso que no le permitiremos avanzar, que somos seres con divinidad propia, que NO PASA NADA, y que nada ni nadie nos hará sentir mal.

¿Qué queremos hacer con nuestra vida?, ¿seguir apegados a lo externo?, ¿buscar dependencias de diverso tipo? (alcohol, sexo o violencia), o queremos encontrar nuestro verdadero ser, despojado de todo lo anterior: personalmente pretendo intentar e invitar a lo segundo.

Algunos coincidirán, otros contradecirán, pero quienes han vivido experiencias similares, podemos compartir sobre como descubrir nuestro verdadero ser, sobre cómo encontrar nuestra propia divinidad, sobre como buscar el camino medio.

No se trata de filosofía, no se trata de catarsis mediática, se trata de algo verdaderamente importante: nosotros mismos.

La persona más importante del universo es la que vemos todos los días en el espejo, es decir cada uno de nosotros. No podemos dar lo que no tenemos, y de eso se trata el camino medio, buscar el tesoro escondido dentro de nosotros, y hacer lo que queramos, vivir con plenitud, siempre y cuando no hagamos daño a nadie.

Comentarios

Bomar ha dicho que…
Hola Dr. Pérez. Me da mucho gusto encontrarlo en el ciber espacio ya con su blog propio y todo. Tengo muy buenos recuerdos de sus conferencias cuando era aun estudiante de medicina aquí en León y ya ahora como profesional trato de recordar y sobre todo aplicar los conocimientos que usted nos transmitió. De nuevo le reitero mi admiración y quiero que sepa que quiero seguir sus pasos en la vida.
Rene Perez Montiel ha dicho que…
Gracias Bomar, me da mucho gusto saber de vos, y de tu crecimiento como profesional. Recuerda que el que da, recibe dos veces, pero nadie puede dar lo que no tiene. Los medicos tenemos mucho que dar, somos profesionales con el privilegio del conocimiento y el compromiso con los demas. Adelante y saludos a todos los medicos de tu generacion. Un abrazo. Rene

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