Gracias Carlos Fonseca Grigsby, poeta de Nicaragua


Suelo pensar a veces… a veces,
que Dios puso mi tristeza en tu vientre
y que tú la pariste.


Que hasta después de ese acto,
yo aprendí a llorar.

Y que entonces aprendí
que mis lágrimas son seres
que misteriosamente te recuerdan
con igual o más intensidad que yo.


– Arráncate el pecho,
abre tu corazón,
que allí yazgo, extendido sobre una camilla,
como un paciente esperando por ser operado –

Yo te he construido un reino de palabras.

Un reino en ruinas. De agrietados castillos de viento
y un trono fantasmagórico. De fuentes lacrimosas
y jardines inmarcesibles que se han marchitado
desde que tu ausencia posó desnuda en el tiempo.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
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