Un minuto de oración en silencio, por favor



Hoy 19 de julio, pido un minuto de oración en silencio por todos los caídos el 19 de julio y los días previos a este histórico día.  Un minuto de oración por los jóvenes médicos: Mauricio Abdalah, Lucrecia Lindo, Lenin Fonseca, Perla Ma Norori, compañeros de estudio en la Facultad de Ciencias Médicas de León, por Rene Berroteran, esposo de Esmeralda, y por miles de muchachos y muchachas, por todos, por muchos soldados de la extinta guardia nacional de Somoza, campesinos, obreros, hijos de personas pobres, arrastrados todos por la guerra- esa tormenta negra de sangre y dolor-por la que la mayoría de los pueblos nos vemos obligados a pasar, para escribir páginas en la historia y darle valor a la paz, a la nueva vida, donde ojala nunca más, ningún Nicaragüense, sienta nostalgia por la guerra- donde jamás hay vencedores, sino que todos perdemos, sobre todo los humildes y los jóvenes.

Un minuto de oración en silencio, para que nuestro Padre Dios nos perdone a todos, y donde todos recibamos la gracia de perdonar a quienes nos ofendieron. Yo reitero mi perdón, como lo hice en esos días que cambiaron nuestra historia, a quienes me torturaron y llevaron los días más tristes al corazón de mi madre. Perdono a quienes abusaron de mi familia. Perdono a quienes dispararon contra mi joven esposa, embarazada de nuestra primera hija. Perdono a quienes dispararon el rocket (que Dios evito detonara) en la casa donde Armantina daba el pecho a nuestra hija recién nacida. Ruego a Dios, en este día, para que todos podamos experimentar la bendición del perdón y nos podamos ver a la cara, sin ningún tipo de vergüenzas, sobrevivientes todos, de una guerra injusta, cruel, fratricida, que 36 años después, sigue causando división y sentimientos encontrados entre el pueblo Nicaragüense.

Un minuto de oración en silencio, por las madres de los muertos, algunas aun vivas y otras que aun rezan la memoria de sus hijitos, caídos de uno y otro bando. Un minuto de oración en silencio por los discapacitados: amputados, en sillas de ruedas, ciegos, sordos, con enfermedades mentales, con dolor crónico en sus mentes y  sus corazones.

Un minuto de oración en silencio, para que desaparezca el odio fanático, la cizaña de la politización partidista, la corrupción clientelista, la manipulación del dolor ajeno por los medios de comunicación, la ambición de los poderosos, y todos, un buen día, como hijos de Dios , podamos tener la oportunidad de la reconciliación, el encuentro personal con el Creador, porque El puede cambiar los corazones y regalarnos una nueva vida, y una nueva patria, donde todos podamos juntarnos en la mesa, dar gracias, bendecir los alimentos y ensenarle a nuestros hijos a rezar, para soñar con esa tierra nueva y ese cielo nuevo, donde Dios limpiara toda lágrima de los ojos; y la muerte no será más; y no habrá más llanto, ni clamor, ni dolor.

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