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Lo mejor del 2010

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Cada año nos deja lecciones y experiencias, no hay año bueno ni malo, de lo que se trata es aprender, tomar la lección y seguir, tal como ocurre en la escuela, solo que ésta es la escuela de la vida. Inicié el año 2009 desempleado, la primera vez en mi vida que esto me ocurría desde que en 1978 recibí mi primer cheque como médico de la Nicaragua Sugar Estates en el Ingenio San Antonio. En contraste termino este 2009 con un empleo en la Universidad, como profesor titular del CIES, UNAN León y UNAN Managua. Y posiblemente de otra universidad más, pero esto ya le pertenece al 2010. En este ya anciano 2009 recibí mi diploma como Psicólogo Clínico y otro diploma como Psicoterapeuta. Es ya mi 5º título universitario, con anterioridad ya tuve el de médico (UNAN León), salubrista (UNAN Managua) y administrador en salud (UNAN León). Para el 2010 tengo proyectado concluir el diplomado de Ms en Educación Superior postergado por varios años. En este año se graduó el menor de mis hijos, Ernesto Re

Mejor dejarlo tranquilo

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Recientemente tuve el honor de presentar el libro “Mejor dejarlo tranquilo” de la amiga holandesa Rimke van der Geest” y acá les comparto mi testimonio sobre la publicación: En primer lugar quiero agradecer a Rimke por haber escrito un libro sobre sus experiencias con familias de personas sicóticas en Nicaragua. El estudio fue en Matagalpa, pero pudo haber sido en León o Tipitapa. La Psicosis no tiene preferencias socio demográficas. Personalmente recuerdo a mi tía abuela Marianita, a quien llevaba comida todos los días cuando era un niño, ella escribía todo el tiempo, en cuadernos y paredes cartas de amor, al novio que la dejo esperando en el altar mayor de la iglesia de San Juan Bautista en Sutiava de León en Nicaragua. La psicosis la miramos todos los días y como dice José Saramago, miramos pero no vemos. Adultos semi desnudos, el “loquito”del barrio, el adolescente esquizofrénico a quien la madre mantiene amarrado en el fondo de la casa, personas que deambulan sin rumbo claro por c

Sagitario

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Nací un miércoles 19 de diciembre. Según el horóscopo que conocemos desde niños, soy un sagitario. Dice Fritz Pearl que el 90% de lo que hacemos es proyección y quizás en el símbolo “sagitario” proyecto muchas cosas de mi propia vida, quizás me identifico con muchas de sus características. Desde niño me gustaron los libros, especialmente la literatura y la historia, posiblemente por la herencia cultural de mi madre y la escuela. Mi madre era costurera, modista como se decía antes, por tanto desde niño crecí entre mujeres que se quitaban la ropa delante de mí, y sabía más de faldas, sostenes y bragas, que cualquier otro chavalo del barrio. Por fortuna, mi padre y otros similares a él jamás permanecieron en casa, de manera que no conocí lo que es un gesto de violencia paterna o algo parecido, y nos criamos cinco de los seis hermanos con mi abuelita (una mujer), mi madre (otra mujer), mi hermana mayor y mi tía (dos mujeres mas), o sea entre mujeres. La iglesia y el coleg

Les presento a Sylvia

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En estos dias del 2009 me encontre en el cuarto de trabajo contiguo al mio en el CIES a Sylvia, la primera persona transexual que he conocido en mi vida. Al inicio nos saludamos como lo haria con cualquier colega, pero poco a poco empece a observar la autenticidad en la conducta y actitudes de Sylvia, un ser humano como cualquiera de nosotros, pero que tuvo el valor personal de enfrentar un contexto familiar, personal, social, religioso e incluso profesional adverso y asumir con mucha dignidad su opcion y preferencia sexual. Una vez la invite a hablar con mis estudiantes de Psicologia en Leon y ahi pude dimensionar aun mas a Sylvia, hablamos las tres horas de viaje (ida y regreso), con nosotros iba mi esposa , de muchos temas que a cualquier mortal se le podian ocurrir al conocer a una transexual y la naturalidad, conviccion y respeto que nos mostro a ambos, nos convencio una vez mas, que no es la "mascara" ni la opcion sexual lo que da calidad a la vida de una persona. Debo

Armantina Maria, mi compañera de vida

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No acostumbro hablar o escribir sobre Armantina María, la mujer que ha compartido conmigo la mayor parte de la vida. Su primer nombre es largo y con un origen poco claro, es derivado del germano y significa conductor de huestes, guerrero, se dice que es de relaciones duraderas y da lo mejor a su pareja. 100 por cien cierto. Ella es así, una mujer que no se doblega ante nada y fiel como pocas a sus compromisos y afectos. La conocí cuando tenía 19 años, en un lugar exótico e increíble de Nicaragua, llamado Laguna de Perlas, lo recuerdo como si acaba de ocurrir, yo estaba dando consulta médica a una paciente de los cayos cercanos a la laguna, y camine hacia la farmacia para verificar si tenían el fármaco a prescribir, en ese momento la vi, me encontré con una mirada que ha durado 31 años en mi memoria. Eso fue suficiente. Me acerque con cualquier pretexto, oí su voz, reconocí su mirada, nos encontramos una tarde, conversamos, la atendí una noche con un acceso de tos, y una noche increíble

Mi vocacion como educador

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Cada día me convenzo más de mi vocación como educador. Ya sea en las aulas del Centro de Investigaciones y Estudios de la Salud, o de la UNAN León o la UNAN Managua, o en cualquier otro escenario, UPOLI, UCA, o en otros contextos como la Universidad de El Salvador o la U. de San Simón en Cochabamba (Bolivia), mi interés principal como profesional es la enseñanza y el aprendizaje. Esta vocación nació desde que era muy pequeño y acudía a la escuela en Chichigalpa y luego en León, donde conocí a personas maravillosas, que me ensenaron además de leer y escribir, las maravillosas puertas del conocimiento, la complejidad de la física, la precisión de las matemáticas, la preciosidad del idioma castellano y la literatura, la belleza de la historia, la utilidad de la economía, hasta la necesidad de la filosofía, la ética y el respeto por la vida y las personas. En la Facultad de Medicina, en el antiguo Hospital San Vicente de León, conocí a mis primeros mentores y paradigmas del conocimiento, p

El privilegio de ser padre.

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Hace poco en mi país, fue el Día del Padre, un momento o un pretexto para conversar un poco sobre este tema, el de la responsabilidad, el compromiso y el privilegio de ser padre. Escuchamos y observamos cada día muchas historias y poco a poco nos convencemos de que en nuestras manos y en nuestras decisiones podemos como el Doctor Frankenstein o como los dioses, crear monstruos o seres humanos, crear ángeles o demonios. Lograr que que ese haz de luces y sombras que todos somos, de lugar a hombres y mujeres felices, saludables, capaces de ser y hacer de este mundo un mejor lugar del que ya es. Estoy convencido de que deberíamos ser padres después de cierta edad, al haber terminado nuestra carrera o profesión, tengamos determinada estabilidad económica y personal, y hayamos disfrutado un poco el placer del sexo y de la vida, para que nuestro hijo o hija, no compita con noches de placer o de fiesta. Creo que no todos los seres humanos tenemos los genes y la motivación para ser padres, no t