El Ulises del 16 de junio de James Joyce


Desde que escuché del Ulyses de James Joyce, lo busqué en las librerías de muchos países; al fin lo encontré en una pequeña librería de Oxford. Traté de leerlo en Inglés pero no me fue posible, un inglés muy complicado para mi pobreza idiomática de entonces y actual.

Ya de regreso de mi tiempo de viajero, asentado en mi Nicaragua, lo pedí en una librería local y semanas después, para mi sorpresa y emoción lo tuve frente a mí, el Ulyses eterno de James Joyce.

He comenzado a leerlo, página a página, aún no lo termino. No se lee igual que "El último encuentro" de Sandor Marai o "El Evangelio" de Saramago. Es un libro diferente. Quizás de ahí su unicidad y grandeza.

Es la vida de un hombre, Leopoldo Bloom, de su vida en un día como hoy, un 16 de junio de 1904 (hace ya 106 años).

Desde acá, desde mi Nicaragüita, mi homenaje a Dublín, ciudad mágica, heroica y lejana. No la he conocido aún, pero la reconoceré algún día, cuando lea el Ulyses y recorra con Joyce sus calles empedradas, llenas de mitología y realidad.

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