Junio 1979


Cada Junio en Nicaragua recuerdo, en medio del contexto cambiante, el tiempo aquel de 1979, el Junio de la Insurrección Final, donde nuestro pequeño país luchaba para derrocar la dictadura militar más antigua de América Latina.

Orgullosamente pude participar en esos días heroicos, como médico de las columnas guerrilleras y como un miliciano más, en esos días donde no tenias horario, donde nadie sabía cómo terminaría todo, pero sabias que eras protagonista de un hecho inédito en la historia de tu vida y de tu Patria.

Muchos me preguntan hoy, ¿cuál es mi ideología? y no puedo responder de otra manera: sigo siendo Sandinista. No es una respuesta para salir del paso, No. No puedo responder de otra manera. Fueron miles de hermanos caídos y mutilados. Dedique, al igual que muchos otros, lo mejor de mi juventud y mi vida de entonces. Sigo siendo Sandinista.

Sobreviví, y solo el Dios del Universo, sabe por qué. Y sigo creyendo como dice Paulo, si aun estoy vivo, es porque aun no he cumplido mi leyenda personal. Mi respeto eterno a los hermanos y hermanos caídos.

Mi homenaje especial a los médicos caídos: A Mauricio Abdalah, Lucrecia Lindo, Perla Ma Norori, Lenin Fonseca, jóvenes eternos.

Por ellos y por ellas, por los hijos y nietos, por los sobrevivientes y por las nuevas generaciones, por la historia, debemos seguir en la lucha contra la pobreza mental y material, contra la mediocridad, contra la intolerancia, la discriminación, la ignorancia y la exclusión.

Por ellas y por ellos, sigo siendo Sandinista.

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