La Nicaragua Posible

Relato # 9: 


Recuerdo haber escuchado una vez al doctor Alejandro Serrano Caldera, hablar de la Nicaragua Posible, y luego haber escrito un libro sobre ello, y creo que esto ha sido el sueño de muchos Nicaragüenses, construir un país diferente al que conocimos y vivimos en carne propia en las diferentes etapas de nuestra historia. Una vez me dijo Gloria Ramirez, “René, no existe una sociedad perfecta”, y posiblemente los politólogos tengan teorías mas claras al respecto. Hoy quiero compartir una visión de la historia que me ha tocado vivir, diferentes momentos entre 1956 y 2017, un poco mas de 60 años de historia, tienen una relativa validez, sobre todo si el que escribe, ha sido un protagonista de primera mano.

La primera figura inspiradora de mi vida fue el doctor Alfonso Pérez Andino, mi padre, a él no le conocí, pero supe de su historia por el Doctor Clemente Guido, el Doctor Pablo Dubón y el Doctor Luis Favilli, y por algunos recortes de periódicos de la época, ahí encontré a un hombre comprometido con Nicaragua, un luchador antisomocista, un hombre valiente y consecuente, con sus luces y sombras en lo humano, pero coherente en su historia política. Y de niño me decía “yo quiero ser como él”. En La Prensa aparece declarando en el Consejo de Guerra donde le mandó Somoza, en los libros aparece en la terrible Jaula de los Leones que tenia Somoza en la Loma de Tiscapa, mi propia madre me ha contado de las innumerables veces que la GN llegaba a echarlo preso, y mi hermano Dagoberto me compartió muchas otras historias de “Karonte Luna”, que ya descansa en la paz del Señor.

Luego me tocó vivir en carne propia la pobreza de mi familia y el empobrecimiento del país, donde la Familia Somoza controlaba casi todo. Tuve familiares muy cercanos al régimen por parte de mi tía Chamana (qepd) y de una forma u otra, me acerqué a los dos mundos. Mi hermanita menor falleció de malaria falciparum a los pocos meses de vida, mi propia casa en el Ingenio era un hervidero de mosquitos, cucarachas y ratas, la pobreza material es terrible, todos mis hermanos con hambre esperábamos la llegada de mamá de trabajar en las casas de los ricos del ingenio para almorzar-cenar con hambre y alegría las sobras de la comida que mi madre recibía, la ropa de la escuela era lavada a diario, mi única camisa y pantalón por años hasta que ya no me quedara, el mismo “bulto” para llevar mis cuadernos, los mismos zapatos, el piso de tierra, el “pompón” para defecar, los hongos en los pies y los testículos, las enfermedades de mis hermanos menores sin posibilidades de atención médica, y sobre todo la terrible y cruel explotación a los obreros del Ingenio San Antonio, hombres de 30 años que parecían de 60, la malaria endémica, la epidemia de insuficiencia renal crónica, la actitud y visión que tenían los poderosos de las personas “no te preocupes René, solo son trabajadores, gente sin futuro, borrachos, un poco mas de bagazo de caña”. En fin fui creciendo y tomando conciencia que mi país, el “país bajo mi piel” necesitaba un cambio.

Ser resultado por el FSLN fue fácil, aun vive Maria Lourdes Jiron y puede compartir la historia, hice mi juramento de “Patria Libre o Morir” a los 17 años, y empecé: salía de clases a las 5 pm y a las 6 pm tomaba el interlocal para Chinandega (una vez me llevó Nestor Castro quien trabajaba en uno de los “impalas” de la época). Me llevaban “vendado” a la casa de seguridad y ahí trabajábamos haciendo propaganda y luego distribuyéndola. Regresaba a las 6 am, me bañaba y luego a clases, como si nada.
Luego me vinculé con el padre Juan Bautista Peguero y fui su “delegado de la palabra”, hablaba sobre el Evangelio de los Pobres, el Cristo de los Oprimidos, el fin de la explotación del hombre por el hombre, el Jesus de las Bienaventuranzas, con el recorrí las comarcas y zanjones de Posoltega. Y al final Chichigalpa, en la organización del movimiento estudiantil de secundaria y la distribución de los comunicados del FSLN.

Mi casa, la casa de mi madre fue casa de seguridad, ahí nos reuníamos y estudiábamos toda la noche, en la cocina, iluminados con un candil, mi madre veía y no preguntaba, preparaba café y algo de comer, en silencio, colaborando con la causa de su hijo y la de miles de Nicaragüenses. Jose David Zuñiga “Euclides” conoce esta historia y mucho mas, el “pollo” Rojas, Maria Lourdes “la china Jirón”, jóvenes valientes, inteligentes, capaces, llenos de amor por Nicaragua. Esto y otras cosas pasaban en mi vida cuando fui detenido.

En León tuve el privilegio de participar en el Congreso “La Marcha hacia la Victoria no se detiene” en 1977, en la marcha de Leon hacia Managua en la lucha por la autonomía universitaria (guardo un profundo aprecio y respeto por el doctor Mariano Fiallos, uno de los que abogó personalmente por mi libertad cuando estuve en la cárcel). 
Y ya en el internado, el re encuentro con algunos de mis hermanos de lucha, el trabajo clandestino con los heridos en la insurrección de 1978, y en los días increíbles de mayo y junio de 1979, el nombramiento del Frente Occidental “Rigoberto Lopez Perez” para organizar la atención medica desde Chichigalpa. Nunca olvidare la histórica visita de la Comisión Medica del FSLN y ver a mis antiguos maestros y amigos: doctores Rigoberto Sampson, Wiron Valladares, Rene Melendez y Fabio Salamanca quien aun vive y trabaja en la Escuela de Medicina del Hospital Militar. Su visita fue tan reconfortante, como el re encuentro con mis colegas y doctores Bayardo Linarte y David Garcia, quien junto a muchos médicos y profesionales pusimos un granito de arena en ese momento histórico de Nicaragua.

Nunca olvidare los días del 17, 18 y 19 de julio. Todo estaba por comenzar. Somoza se iba, la Revolución triunfaba. Las tropas marchaban hacia Managua. Pensé en los muertos, en Mauricio mi hermano, en las lagrimas de tantas madres. Y me quedé ahí en mi pequeño “hospital”, atendiendo día y noche, con mi corazón de medico y mi alma de patriota, le di nuevamente Gracias a Dios y mañana contaré la siguiente historia: el nacimiento del Ministerio de Salud y de muchas otras cosas.

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