CRÓNICA DE UNA PANDEMIA (23ª parte)

Los héroes de la pandemia (I parte)

Disculpen el sesgo, soy el cronista, pero soy médico, y hasta hoy uno de los pocos consensos y verdades, es lo relativo a los “héroes de la pandemia”, y por primera vez en décadas, la foto no es el actor o actriz de moda, ni el deportista de elite o la modelo con menos ropa. 

Por primera vez, el planeta cuasi azul de nuevo, se da cuenta que existen hombres y mujeres: el personal sanitario, que está en la primera linea de combate contra el SARS-CoV-2.







Un(a) médico(a), debe clasificar o ser admitido en una Escuela de Medicina. Para ello debe ser un estudiante de primera, tener las mejores notas y sobre todo, la vocación de servir. Confieso que mi generación de medicina (1973-1978) solo aceptaba 100 estudiantes de todo el país, solo cien. Ese año, 1973, éste pequeño pais tenia 2.6 millones de habitantes, es decir ingresaba a estudiar Medicina un poco menos de 4 personas por cada 100,000 habitantes. 


Los años de estudio en la Facultad de Medicina, comenzaban a las 7 am y terminaban a las 5 pm por 10 meses consecutivos. Las horas de estudio extra clase eran de 5 horas diarias. Es decir, en promedio 15 horas de estudio, todos los dias. He conocido los pensum de casi todas las carreras universitarias. Ninguna es tan extenuante como Medicina.

El año de internado es espantoso. Turnos o guardias cada 3 días, ingresas al hospital a las 7 am de un dia y sales a las 3 pm del dia siguiente. Literalmente “muerto” de cansancio. Haces de todo un poco. Rotas por todos los servicios. Pasas de sala de partos a emergencia, de ahí a Ortopedia, Pediatria o Medicina. Cuando quieres sentarte o cerrar los ojos un rato, suena el teléfono o te llaman por los altavoces “Doctor Pérez, lo necesitan en labor y partos”. No importa si es la 1 pm o las 3 am.

Luego te envían 1 o 2 años al servicio social, te conviertes en el director de una unidad de salud y estas a cargo de una comunidad de 10,000 personas. Y quizas tengas 21 o 23 años. Sin darte cuenta vas conviviendo con el dolor, la enfermedad, la muerte. Y lloras como cualquiera con tu primera muerte materna o tu primer óbito fetal. Eres médico, pero sigues siendo un ser humano. Nunca dejas de serlo.

Al graduarte, hay una ceremonia y haces un juramento, el Juramento Hipocrático, donde juras respetar a tus maestros, y consagrar tu vida entera a servir a la humanidad, “recordaré que la medicina no sólo es ciencia, sino también arte, y que la calidez humana, la compasión y la comprensión pueden ser más valiosas que el bisturí del cirujano o el medicamento del químico”, entre muchas otras cosas.

Luego, procuras hacer una especialidad o maestria, que te conlleva dos a cuatro años de estudio. Mi primera maestría era de 8 am a 5 pm, por dos años consecutivos. Si haces una especialidad clínica, debes hacer turnos o guardias cada 3 días. Lees y lees, trabajas y trabajas, pierdes la noción de muchas cosas. Solo recuerdas que estás ahí, para servir, para dar lo mejor de tus talentos, para aprender nuevas habilidades. Y la Medicina es una ciencia que no se detiene jamás. Debes estudiar toda la vida.

Y si te atreves a una sub especialidad o doctorado, te esperan 3 o 5 años más. Y de repente tienes 30 años y canas prematuras y usas lentes. Pero te has convertido en médico, la profesión mas hermosa del mundo, capaz de salvar vidas, de transformar la enfermedad en salud y la probabilidad de morir, en vida. El arte y la ciencia de la Medicina.

Hasta antes de la pandemia, poco se ha valorado al personal sanitario. Los sistemas de salud, por mucha tecnologia de punta, infraestructura de última generación o fármacos de patente, requieren de un hombre o una mujer, conocidos como médicos.

La población ajena al sistema de salud, se horroriza ante la muerte, la sangre, el dolor, la enfermedad. No saben que por cientos de años han existido seres humanos que conviven con este universo paralelo: el hospital, el centro de salud, el puesto médico.

Al momento de escribir esta crónica se desconoce el número de médicos enfermos o fallecidos por el Covid 19. Ecuador reporta 1500 infestados y 21 fallecidos. Sao Paulo informa de 2000 médicos enfermos. Italia reporta 14,000 contagiados y 100 muertos. España registra 3500 infestados y 23 fallecidos. Cifras imprecisas aún. Se estima que un 10% del total mundial de casos pertenece al personal sanitario.

Un médico italiano declaró “ las páginas de las crónicas informan sobre las buenas condiciones de los futbolistas, actores y políticos, pero ¿quien ha pensado en el personal sanitario?. “Si la sociedad tiene que elegir entre un futbolista y un médico, no hay dudas y nos sentimos condenados a desaparecer bajo ese barbijo que usamos todos los días con gran orgullo, haciendo un trabajo que ahora más que nunca consideramos un honor”.

Algún dia se hablará de todos estos héroes con orgullo y se recordará el nombre del Dr. Li Wenliang, el primer médico en alertar sobre lo que estaba ocurriendo en Wuhan. Mientrás tanto la población reacciona con natural alarma y miedo, ante la pandemia que recorre el mundo. 
El personal sanitario también experimentan el miedo y la incertidumbre, pero nadie olvida el porqué están ahí, en la primera linea de combate, aunque, una vez pasada la pandemia, el padre tiempo y los titulares de los poderosos medios de comunicación, junto con los nuevos estados digitales, volverán a encender sus luces ante el futbolista de elite y la modelo con poca ropa en el cuerpo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

“Un hombre con corazón de niño”

A Mauricio Abdalah

La experiencia de la carcel, la tortura y el dolor.