CRÓNICA DE UNA PANDEMIA No 44

La guerra mediatica

Este cronista anota que hoy es 29.06.2020, aproximadamente las 7.00 am, en este pequeño país, y a esta hora, el planeta cuenta con mas de 10 millones de casos y mas de 502,000 de fallecidos en 188 países, siendo EEUU, Brasil, Inglaterra, India e Italia, los países con mayores tasas de letalidad.

Sin embargo, desde el inicio del verano, los humanos perciben que lo peor, en términos sanitarios ya ha pasado, es decir, poco a poco, la curva epidémica ha venido descendiendo, y la sociedad, que aun llora a sus muertos, está volviendo a la "normalidad".

Una normalidad diferente, de la que existía el 1.12.2019 en Wuhan, quizás una nueva normalidad, ya que el impacto socio económico de la pandemia, como una ola gigantesca, sigue elevándose y caerá, tarde o temprano sobre todos, especialmente en países y personas con menores recursos, económicos y sociales. Lo peor en términos humanos, aun no ha llegado.




Llama la atención de este cronista, la intensa guerra mediática desatada con mayor intensidad en esta etapa. No solamente la guerra comercial entre los gigantes, EEUU y China, sino también la guerra contra todo lo contrario al "nuevo orden económico internacional", y las poderosas fraternidades del complejo militar industrial, los estados digitales y todo el macro contexto, del cual estamos excluidos el 99.9% de los 7 mil millones del planeta.

La guerra es global contra Cuba, Venezuela y Nicaragua; también se libra otra batalla contra la OMS, y otra contra los portadores del virus "Assange", quien aun vive en una carcel de alta seguridad en Inglaterra. Pero también hay guerras a lo interno de cada país, utilizando los modelos y poderosos medios de comunicación y los nuevos estados digitales, que con sus algoritmos nos dictan, qué hacer, qué pensar y cómo actuar.

Hay un interés global en mantener a la sociedad en una permanente cuarentena, hacinados, confinados, en teoría para "protegernos del virus", pero en la realidad, para inyectarnos nuevas dosis de miedo, zozobra, incertidumbre, desconfianza; preparando las condiciones psicológicas y sociales, para hacerse cargo de la "reconstrucción global"; una vez concluida la fase I del experimento SARS-CoV-2 y deshacerse de un millón de ancianos geriátricos.

Los humanos, que aún no han aprendido a pensar, encienden sus teléfonos móviles o televisores inteligentes cada mañana, para recibir la dosis de macrodatos que le interesa a la elite de poder: "médicos advierten del alargamiento de la pandemia", "Estamos preocupados", "Tenemos miedo de morir", "El contagio se acelera", "La tasa de mortalidad se triplica", "La pandemia no deja de crecer", "Vamos a morir de tristeza", "Bares e Iglesias, los nuevos brotes del Covid19", y así podemos leer, desde el New York Times, The Guardian, El Pais, etc, etc.

Poco se habla de las estrategias de prevención, poco se menciona la importancia del "capital social", casi nadie escribe sobre la oportunidad para construir un mundo más resistente y capaz de afrontar los nuevos e insospechados retos de la próxima década. Se ofrece la visión de un inframundo sombrío y caótico, en lugar de una especie, capaz de seguirse re inventando, sobre todo ahora, en la tercera década del s XXI, con herramientas tecnológicas, como nunca antes en la breve historia de la humanidad.

Por ahora, solo nos queda rezar, aunque los templos cerrados, no dejan muchas opciones a los fieles. Mientras tanto bares, playas, clubes de desnudistas, y similares, empiezan a abrir sus puertas. El titular "Angelina Jolie desmejora su salud", recibe millones de visitas. Dios la proteja, a ella y sus hijos.


 

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