CRÓNICA DE UNA PANDEMIA (3ª parte)

El poder de la cultura


Casi todos los especialistas en el Sapiens, antropólogos, sociólogos, psicólogos, médicos y filófosofos, coinciden en el poder de la cultura. Las pandemias no son una excepción. Animales políticos nos llamó Aristóteles; animales sociales  necesitados de interactuar, comunicarnos, trabajar, amar, vivir y sobrevivir. Para el sabio griego la diferencia entre humanos y animales es “el poder de la palabra”, para Engels es “el trabajo” y para los teólogos es la existencia del alma. Hay tantas teorías como etapas en la historia de la humanidad. La pandemia puso de manifiesto las brechas culturales entre oriente y occidente. 

Diversos pensadores han subrayado el “éxito” de oriente, basado sobre todo en el poder de la cultura: un sistema de salud colectivo, mayor cohesión social, respeto a las autoridades, confianza, autoresponsabilidad, cuido del ambiente personal y social.  Todo lo contrario de occidente, con sistemas de salud privados, individualismo, poca o nula cohesión social, desconfianza en las autoridades, tendencia a “llevar la contraria”, sociedades alimentadas con “fast food” y el noticiario de la noche.

Se han divulgado millones de videos, explicando como lavarse las manos; la Organización Mundial de la Salud ha enviado a la aldea global todas las medidas de prevención; antes del cierre de colegios, los niños aprendieron a lavar sus manos y poner en práctica las medidas de higiene, mucho mejor que los adultos. Occidente clama por un fármaco, una vacuna, una “cura milagrosa”. Le aterra el dolor, la enfermedad y la muerte. En Oriente se respeta a los mayores, la familia es una institución cuasi sagrada, la muerte es vista como una continuidad de la vida, no se prescinde de la ciencia, pero sobre todo se apela a la cultura individual y colectiva.

En Occidente se debate sobre el uso de mascarillas. En Oriente se usan mascarillas, tal como una holandesa usa el preservativo. No hay discusión al respecto.

¿Cómo explicar el clientelismo, la ironía, la especulación y la mentira cotidiana, ante una tragedia como ésta? La arrogancia de un lider mundial, le llevó a decir que el “virus chino” desaparecería en cuestión de días; pocas semanas después es el centro mundial de la pandemia. No venceremos al virus con cierre de fronteras, sino con inteligencia, nos dicen desde Taiwan.

Mientras oriente centra su estrategia en el uso de macro datos y medidas de prevención; occidente se preocupa que el “aborto seguro” está siendo obstaculizado y por la caida en la bolsa de valores; mientras expulsa en plena pandemia a miles de inmigrantes.

Una “cultura” que sigue centrando su poder en el mercado, que coloca a la salud como una mercancia que se compra y se vende, que no dispone de una estrategia concertada para una pandemia como ésta, cuyo origen sigue aún bajo la lupa de la duda, mientras espera billones en ganancias con el nuevo órden economico internacional, seguirá desarrollando megaciudades, robots, dispositivos ultra inteligentes y enviando equipos al universo, mientras millones de hombres y mujeres siguen muriendo de hambre y enfermedades prevenibles, sin acceso a los servicios básicos, sin derecho a la educación y a la salud, donde las Naciones Unidas, se reducen a un edificio y comunicados que el primer mundo es el primero en desobedecer.

Por estos y muchos otros detalles que serán descritos en esta crónica, el 91% de casos y muertes se concentra en occidente y de manera particular y paradójica en el primer mundo: 1,6 millones de casos y 100,000 muertes. Ya New York dispone de fosas comunes, una imagen que ningun guionista de Black Mirror hubiese imaginado.

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