CRÓNICA DE UNA PANDEMIA (7ª parte)

Una pandemia en el tiempo de las “redes sociales”


A inicios del s XXI nacieron las “redes sociales”, creadas por adolescentes para conocer a otros adolescentes, divertirse y hacer cosas propias de esta etapa de la vida. Pocos visualizaron que 15 años despues se convertirían en el medio más importante para informar o desinformar, sobre cualquier cosa, desde la “honra” de una persona, el descrédito de una actitud, rendir culto a la vanidad, y en el mejor de las casos, divulgar lo que no dicen los poderosos medios de comunicación.

Nada en la vida es neutro. Todos, querramos o no, optamos por convicción o por la presión social, a tomar una posición ante X o Y asunto. Y desde las elecciones de un presidente, pasando por la “nota roja” o el triste vicio de la mentira y la especulación, todo pasa por las redes sociales. Sin darnos cuenta nos alimentan las redes neuronales, y así como los sabios de la antigüedad se basaban en la transmisión oral, luego por medio de la letra impresa, hoy es por medio de las redes sociales.

La pandemia Covid19 no es una excepción. Desde diciembre de 2019, hasta este momento, la humanidad se “informa” de lo que ocurre, a traves de las redes sociales. Lo que antes era el rumor del vecino en tiempo de Camus, o la opinión de una informante clave en el s XX, ahora es lo que leí en una red social.

Pareciera que el sabio ejercicio del discernimento ha desaparecido, o pretenden hacerlo desaparecer. La metacognición, esa hermosa práctica de pensar, reflexionar, meditar, para luego tomar decisiones, es cada vez menos útil en occidente. Repetimos, copiamos, “posteamos”, comentamos, asumimos como “verdades”, lo que dicen las redes sociales.

Este cronista ha decidido triangular fuentes, una práctica derivada de la escuela de seis décadas de vida, por ello, reviso las publicaciones de la Organización Mundial de la Salud, el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades, la Unversidad John Hopkins, que ha diseñado un observatorio de la pandemia, y leo los “papers” que Science y medios similares han elaborado en estos 4 meses. Tambien hay filósofos, científicos, y alguno que otro editorialista, que han tratado de hacers oir, en medio del ruido de las redes sociales, alimentadas por enfermos y muertos.

El lector del 2050, entenderá, yo ya estaré muerto, que caminamos no solo entre el horror de la pandemia, sino entre el bullicio de las “fake news”, alimentadas por organizaciones y personas, que nos “venden” una perspectiva, como suele ocurrir desde la época de los tribunos romanos. Qué dificil es cada dia, tener una opinión objetiva y sesgada de la realidad, que por cierto varia de pais en pais.

Una pandemia en el tiempo de las redes sociales, es como una crisis de alimentos en tiempos de especulación, o un verano adolescente sin preservativos, o el periodo de lluvias sin paraguas. Estamos desprotegidos de acceder a la “verdad”, porque cada quien desea tener la suya, y solo varios miles de millones, aunque solo una parte de ellos, deciden convertirse en “hacedores de la opinión pública”.

La desconfianza, la duda, la incertidumbre y el miedo, se esparcen por el rumor malicioso, el titular engañoso, la foto falsa, en un contexto donde la cultura y la educación, parece ocupar cada dia un lugar menos importante. “A la pandemis, no se le enfrenta con cuarentena, sino con inteligencia, nos dicen desde oriente”. En Occidente sguimos, no solo desoyendo estas voces, sino repitiendo lemas, consignas y seudo realidades, que por ingenuidad o fanatismo, vamos acumulando en el inconsciente colectivo.

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